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Introducción[editar]

Italia, oficialmente la República Italiana (en italiano, Repubblica Italiana), es un país en el sur de Europa. Italia limita con Francia, Suiza, Austria y Eslovenia, mientras San Marino y la Ciudad del Vaticano son enclaves dentro del territorio italiano. Los Alpes se ubican al norte del país, mientras el resto del territorio se encuentra rodeado por el mar Mediterráneo. Aunque Italia incluye diversas islas, las dos más importantes son Cerdeña y Sicilia. Italia es uno de los países más visitados del mundo, que llegan a disfrutar tanto de sus bellas ciudades y ruinas como de sus hermosas costas y su vibrante cultura.

Comprender[editar]

Junto con Grecia, se reconoce a Italia como la cuna de la cultura occidental. Fue el lugar donde nació el Imperio Romano, que llegó a colonizar gran parte de Europa y con ello sentar las bases de la cultura de muchos países actuales. Además, su lengua, el latín, dio lugar a varias de las lenguas europeas y mundiales más importantes actualmente. Por ello, se pueden encontrar muchos sitios arqueológicos con restos de la cultura romana por toda Italia, empezando por el foro romano y el Coliseo, en Roma, por supuesto, y otros como Pompeya y Herculano, Ostia o la Villa Adriana en Tívoli. También hay varios sitios arqueológicos griegos en su zona de mayor influencia, Sicilia, como Siracusa o Agrigento.

Tras la caída del Imperio Romano, pasaron por la Península Itálica todo tipo de pueblos, desde los hunos hasta los normandos, pasando por los lombardos, bizantinos y tantos otros, que convivieron con los descendientes de los romanos, mezclándose y dejando cada uno de ellos su impronta y su legado en el lugar donde se establecieron. Esa mezcla de culturas nos ha dejado una tierra que alberga una gran cantidad de obras de arte de muchísimos estilos diferentes: desde los mosaicos religiosos bizantinos de Rávena hasta los castillos germánicos como Castel del Monte, cerca de Andria. Italia fue también durante la Edad Media el lugar donde florecieron las Repúblicas marítimas, Venecia, Génova, Pisa y Amalfi, que alcanzaron gran prosperidad durante ella gracias al comercio y nos dejaron obras de arte mundialmente famosas como el conjunto catedralicio de Pisa (con su famosa torre inclinada). A ello hay que sumar las ciudades toscanas, que además fueron el lugar de nacimiento de las letras italianas, con Il Divino Dante Alighieri como principal figura en la ciudad de Florencia.

Italia fue también el lugar donde comenzó el Renacimiento, el renacer cultural europeo, extendiendo sus avances culturales y tecnológicos a toda Europa. De entonces son varios de los mayores hitos del arte europeo, como la Capilla Sixtina de Miguel Ángel en el Vaticano o la Última Cena de Leonardo, que se encuentra en Milán. Esta época coincidió con el apogeo del poder de países como España y Francia, que pasaron largo tiempo disputándose cada uno de los territorios italianos. Así, podemos encontrar muchas muestras del legado español en las ciudades italianas, como el Castillo Sforzesco de Milán o el barrio español de Nápoles.

Quizá el mayor problema que ha hecho que Italia no haya sido también una potencia política desde la caída del Imperio Romano hasta nuestros días ha sido su constante división en múltiples reinos, condados, repúblicas y otros tipos de Estados, sumado a la continua invasión por parte de poderes extranjeros. Esto se consiguió solucionar parcialmente en el siglo XIX mediante la unificación de Italia bajo la casa de Saboya, con el héroe Giuseppe Garibaldi como abanderado. Aunque el hecho de que se haya unificado políticamente como reino no ha llegado a solucionar todavía sus profundas divisiones culturales, históricas y económicas, que se pueden adivinar todavía hoy día visitando la bella Italia.

No es de extrañar que Italia sea el lugar con mayor número de sitios inscritos en el Patrimonio Mundial de la UNESCO en el mundo. Arte y monumentos se pueden encontrar por todo el país gracias a su turbulenta pero fascinante historia. Además de eso, Italia es mundialmente famosa por su deliciosa cocina, su moda, los automóviles deportivos de lujo, como Ferrari o Lamborghini, y motocicletas, como Ducati. Posee además diversas culturas populares y dialectos regionales que son más que interesantes y dignos de conocer; y numerosas y bellas costas, lagos alpinos y montañas (los Alpes italianos y los Apeninos). No es de extrañar que a menudo sea apodada Il Bel Paese ("El Bello País").

Por si todo esto no fuera poco, en el estado italiano existen otros dos estados independientes que están rodeados totalmente por Italia: San Marino y Ciudad del Vaticano. Aunque técnicamente no son parte de la Unión Europea, ambos estados sí son parte del Espacio Schengen y la Unión Monetaria Europea (UEM). Aparte de los diferentes uniformes de la policía, no hay una transición evidente entre estos estados y el territorio de Italia, y tienen la mismas monedas. El Italiano es también la lengua oficial tanto en ciudades como en estados.