Se encuentra ubicada en uno de los valles sur del país y de la provincia y al norte del Perú, rodeada de hermosas cordilleras y regada por el majestuso río conocido con el mismo nombre: "Río de Macará", sus aguas afluentes, utilizadas para el regadío agrícola y ganadero, caracterizándose el cultivo del arroz, un producto único y apetecible para los paladares ecuatorianos y peruanos y de todos quienes lo visitan.

Su gente pacífica e intrépida, dispuesta siempre a batirse frente a los retos duros de la vida y del abandono por parte de sus autoridades locales y autoridades del país, del quemeimportismo de quienes tiene que velar por verla y hacerla surgir, es su gente, la del pueblo que, con sus duras luchas y afrontas, la ha ubicado en el sítio de privilegio en las vistas de propios y extraños, gente amable con un altísimo espíritu de servicio comunitario, tanto dentro del área urbana y acentuado en el área rural, su manejo diario en el deseo de seguir viviendo, permite que su gente, se ingenien sus propias fuentes de trabajo, comerciales, agrícolas, ganaderas, domésticas, donde la relación comercial con el vecino país del sur, nos permite unos mejores ingresos y con ello superar los avatares e inclemencias de las circunstancias en sus habitantes.

Goza de centros educativos de altísimo rango, tales cómo, en primera orden: Los Hermanos Maristas, con su escuela primaria y colegio de secundaria y de bachillerato, colegio al que debo toda mi gratitud y cariño y mi más profundo respeto, sin apartarme de la admiración que tengo por los demás centros educativos; colégio Técnico Agropecuario Macará, Santa Mariana y de Jesús, colégio Antonio Borrero, colegio artesanal "Manuél Enrique Rengél" al que de igual forma, honro, respeto, admiro y guardo toda mi gratitud, en su escuela educativa diurna que lleva su mismo nombre; y así, muchos centros educativos, en donde sus niños y jóvenes y porqué no adultos, se instruyen, formándose para dar un paso a un futuro mas cierto y seguro.

Su gente del campo, siempre emprendedora, con su tenaz esfuerzo diario, en los haceres del campo, abastecen del material primo alimenticio para el sostén del pueblo o ciudad, tales cómo: el maíz, arbeja, fréjol, el haba, trigo, maní (cacahuetes), sarandajas, café, lentejas en pequeñas proporciones, porque no es de costumbre su cultivo, hortalizas de las más exquisitas, frutas de muchas variedades, como: papayas, zapotes, naranjas, guanábanas, chirimoyas, aguacates, muchas otras más, etc... disponen de una educación muy por debajo de la anhelada por la sociedad, debido al descuido de sus gobernantes y de la falta de apoyo gubernamental y sus cooperantes.

Macará, ciudad de contrastes, culta, artística, emprendedora; sus mujeres, como ningunas otras, bellas en su naturaleza, bellas en su intelecto, bellas en su espíritu, son el emblema de la belleza de nuestro pueblo, activas, luchadoras, llenas de coraje se baten de codo a codo ante los retos de las circunstancias y de la vida.

Goza de una temperatura media, entre los 15 a 30 o a veces más, grados centígrados, que la hace característica propia del lugar, se ubica aproximadamente a unos 900 a 1000 metros sobre el nivel del mar, su idioma es el castellano y de razas variadas, entre el blanco, negro, mulato, mestizos, criollos o índios escasamente.

Su gente importante están los más conocidos como: Dr, Manuel E. Rengél, Dr. Carlos Hidalgo y su hermano Estuardo Hidalgo, Prof. Luis Gonzaga Jiménez, Carlos Inostroza y Otros. Dentro de los más importantes están mis padres, hermanos y un gran ex compañero y amigo, al que aprecio mucho y recuerdo: Francisco Schmeling Valarezo Campoverde.