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La ruta histórico paisajística de Énova, es una sencilla ruta circular que recorre la mayoría de las riquezas culturales y naturales de este municipio. La ruta recorre prácticamente el PR-CV 454, "sendero Xiqui", atravesando el término de la población y que descubriendo a lugares de la localidad como las sierras de la Serreta o de Valiente, la Cruz de Énova, el Cabezo, el paraje del pino de Ambrosio, o la villa romana "Villa Cornelius".

Cartel informativo de la ruta al inicio de la misma

Gran parte de esta ruta coincide con antiguas vías pecuarias utilizadas durante siglos.

Comprender

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Énova es una de las pocas poblaciones de la Ribera Alta que conserva patrimonio Romano. Pese a la riqueza de sus yacimientos arqueológicos, éstos permanecen enterrados por lo que es imposible su visita. Pese a ello en la zona son visibles unas carriladas y unas pedreras de mármol. El patrimonio romano se puede descubrir ya en algunas lápidas romanas que fueron utilizadas desde antaño como material para la construcción de otros edificios, así podemos ver varias de estas lápidas en la fachada de la propia iglesia parroquial del municipio.

Además Énova es un municipio de gran belleza ecológica, con una productiva huerta de naranjos y una sierra poblada por arbustos y algún que otro árbol frondoso.

Prepararse

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Énova es una población pequeña y con pocos servicios, además, según el día y la hora en la que se pretenda hacer la ruta podemos encontrarnos con todo cerrado, por ello es aconsejable acudir con agua suficiente para toda la jornada y algo de comer para el camino.

También es importante tener en cuenta la climatología de la zona, de suaves inviernos pero muy calurosos veranos. Es preferible hacer esta ruta durante la mañana, temprano preferiblemente sobre todo a partir de abril, porque el calor puede hacer agotadora la etapa final del trayecto.

Entre los sitios donde poder comer en el pueblo destacamos:

  • Bar Joventut, en la Plaza del País Valenciano 2. 962 23 52 00
  • CELE o restaurante Casa Medieval, en la Calle Vicente Blasco Ibáñez 2. 656 30 30 10
  • Bar Pato'ns en la Plaza El Parc 9. 962 23 51 10
  • Cafeteria L’Espiga, Calle Mestre Ramis, 15. 615 38 93 25
  • Bar La Xarradeta, Calle Cervantes, 54

Respecto a la ropa y el calzado, recomendamos ropa ligera y calzado de montaña, la mayor parte del recorrido se hace por terreno montañoso y el terreno plano está en su mayoría sin asfaltar.

El recorrido es circular y supone una distancia de 13,92 km, que se estima supondrán unas cuatro horas y media para realizarlo, con un desnivel de subida de unos 290 metros y un desnivel de bajada de 290 metros.

Llegar

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Énova se encuentra situada a 39º 02’ 39’’ latitud norte y 0º 28’ 50’’ longitud oeste. Su altitud es de 49 m.sobre el nivel del mar y se halla a 55 km de la ciudad de Valencia. Para llegar a esta localidad desde Valencia, se accede a través de la A-7 tomando luego la CV-564 y a continuación la CV-562. También cuenta con estación de ferrocarril de la línea C-2 de Cercanías Valencia.

Si viaja en su propio automóvil puede aparcar en el estacionamiento de la estación, o en las entradas del pueblo. Dentro del municipio el estacionamiento es escaso. Hay zona de aparcamiento en:

  • el polideportivo, situado en la calle Poliesportiu.
  • al final de la calle San Antonio.
  • la Travessia Major 50.
  • las escuelas.

Itinerario

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Mapa
Mapa de Ruta histórico paisajística de l'Énova: PR-CV 454 Sendero Xiqui.

El PR tiene oficialmente su inicio en el panel informativo que hay emplazado al final de la Calle San Antonio, dentro de la zona habilitada para el estacionamiento de vehículos.

A lo largo de la ruta se pueden atravesar dos zonas de colmenas (ambas marcadas con waypoints en el track). En la primera relativamente cercana a la senda. En el segundo caso están algo alejadas.

La ruta tiene un punto, más a menos a mitad del recorrido, con una fuente y zona de picnic, el paraje del Pino de Ambrosio, lugar muy recomendable para el almuerzo.

Ermita y casalicios del calvario de Énova

Parte 1

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Inicio de la ruta con la subida a la ermita. Si hemos aparcado en la parte baja del pueblo, debemos coger la calle San Antonio y subir hasta el final donde se encuentra el letrero informativo de inicio de la ruta PR-CV-454. La subida a pie hasta este punto es considerable (llegaremos a unos 95 metros de altitud), ya que la ermita está al final de la montaña que cierra el municipio por la parte sur.

Cruz de Misión y Punto Geodésico

La ruta nos lleva al primer punto de la visita: la inacabada ermita del Calvario o del Salvador, y el Calvario que atravesamos hasta llegar a ella.

La ermita del Calvario de Énova es una ermita que se comenzó a construir en el siglo XIX que no fue terminada. Es un edificio catalogado como Bien de Relevancia Local, mediante una declaración genérica del 11 de junio de 1998, con el número 46.119-999-000001.

En el momento de su edificación se eliminaron los restos del antiguo castillo, de época medieval, de cuando la zona estaba bajo dominio árabe, por ello el castillo se conocía como el castillo andalusí de Yénova. De este castillo pueden encontrarse en el solar algunos restos cerámicos.

La ermita estaba destinada a albergar la imagen del Santísimo Cristo de la Salud, por haber terminado con la terrible epidemia de cólera morbo asiática de 1885.Su construcción se debe a la idea que tuvo uno de los párrocos de Énova del siglo XIX, don Román Quilis, párroco de Énova del 11 de mayo de 1879 al 23 de julio de 1900 (fecha de la última anotación en el libro de bautismos).

Según consta en los archivos parroquiales, en el año 1886 es te párroco conmovido por la precaria situación en que se encontraba la clase jornalera del pueblo por un temporal que había acontecido, convenció a los acomodados del pueblo a dar una ayuda económica a estos jornaleros necesitados. Esta limosna la recibirían a cambio de trabajar explanando el camino del calvario. Con el dinero que obtuvo sólo pudo pagar una semana de trabajo, con lo que el objetivo no se había conseguido. Así que el párroco propuso a los hombres del pueblo trabajar los domingo y festivos hasta medio día para conseguir la meta inicialmente ideada. Trabajaron tanto hombres como mujeres y en poco más de un mes se había conseguido la explanación. Una vez logrado esto, el párroco propuso el traslado de los casilicios de piedra que contenían las estaciones del vía crucis que databa de 1798 y que se ubicaba al final de la calle del Calvario (de ahí su nombre), al camino explanado en la loma del sur de la población. Tras este arduo trabajo el párroco echó en falta una ermita al final del calvario que coronase la cumbre y al tiempo albergara la imagen del Cristo de la Salud. Esta ermita debía tener forma de cruz griega y estar rematada por cúpula. Posiblemente no se acabara por dejar de ser párroco de la localidad en el año 1900, con lo cual el proyecto posiblemente quedara en el olvido.

La construcción de la ermita se hacía recogiendo limosnas durante los rosarios de calles, con coplas como la que dice:

"En la puerta tienes a la Aurora, pidiendo limosna, si la quieres dar, para hacerle una ermita a su hijo, que no tiene casa ni dónde habitar".

Esta copla sigue cantándose todos los años en las fiestas de la Divina Aurora que tienen lugar la última semana de julio.

Algunos autores han llegado a afirmar que la ermita sí se finalizó y que estuvo en pie unos pocos años. De hecho estos autores se apoyan en el comentario que Pedro Sucías Aparicio realizó cuando visitó el pueblo a principios del siglo xx: "Se edificó en 1886. No tienen más que un altar, donde se encuentra la imagen de Jesús Crucificado".

Presenta planta en cruz griega y se ubica sobre una loma que se alza al sur de la población. Puede accederse a ella mediante un camino zigzagueante que forma un vía crucis con casalicios de piedra labrada que marcan las estaciones flanqueados por cipreses, desde su emplazamiento se disfruta de una excelente vista de la localidad y parte de la comarca. Desde el pueblo se accede a ella subiendo hacia la loma por la calle San Cristóbal.

En otoño de 1982 como consecuencia de las extraordinarias lluvias que hubo, los restos de la ermita se vieron afectados y se perdió parte de la fachada, con el óculo y la espadaña los cuales pueden observarse en antiguas fotografías de las décadas de 1950-1970, y uno de los tres arcos diafragmáticos de ladrillo que sostenían el edificio original.

En el año 2005 hubo una intervención, patrocinada por la Diputación de Valencia, que puso en valor tanto el vía crucis como las ruinas de la inacabada ermita, dejándola como un punto de interés de la localidad.

Parte 2

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Continuamos el trayecto por la montaña en dirección a la Cruz Alta, una cruz de Misión colocada en un primer momento de madera en el año 1942 y sustituida en 1961 por la actual que es de hierro.

Zona recreativa Pi d'Ambrosio

Para llegar hasta aquí seguimos la senda en dirección SE atravesando diferentes sierras ( la Valliente, la Lloma) a lo largo del 1,5 km que nos separa de la cruz de misión. También atravesaremos el conocido como Puerto del Sapo (carretera CV-575). La cruz está a 104 metros de altitud.

Parte 3

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Continuamos la senda ascendiendo hacia el Cabeço, a 180 metros de altitud, constituyendo el punto más alto del recorrido. Pasamos por el antiguo "Camp de Tir de Colom", y por una pista de aterrizaje que es utilizada por alguna avioneta de las que se dedican a fumigar para el control, de plagas. Este trayecto de 1,250 km nos permite disfrutar del Montdúver, macizo montañoso de la comarca de La Safor. Nuestro recorrido nos lleva hasta la zona de parada para el almuerzo, el Pi d'Ambrosio.

El Pi d'Ambrosio se trata de un Paraje Natural Municipal que en el año 2020 fue puesto en valor por parte del Área de Medio Ambiente de la Diputación de Valencia. El paraje está ubicado en la partida de los Francs de l’Ènova.

Cuando lleguemos al área recreativa ya habremos recorrido 6, 570 km. Técnicamente a partir de este punto iniciamos el regreso al pueblo.

Carriladas íbero romanas

Parte 4

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Después del descanso y el almuerzo en Pi d'Ambrosio, seguimos la ruta por una carretera asfaltada durante unos 200 metros incorporándonos después nuevamente a la ruta forestal, esta incorporación se hace en el punto donde la ruta rompe un camino a la derecha, entonces tomaremos la diercción O-S-O. Durante este trayecto podremos ver las Carriladas íbero-romanas de Énova. Las carriladas son huellas visibles en la piedra que guardan mucha historia y que son unas marcas paralelas excavadas en la roca con las que intuir, fácilmente, la distancia entre ejes de lo que parecen ser ruedas de carros que por allá pasaron. Estos carriles excavados en las rocas facilitaban el paso de los carros de bueyes que tiraban de los grandes bloques de mármol extraídos de la Cantera de Quatre Camins. No podemos perder de vista que L’Énova fue una vía que unía transversalmente la ciudad de Saiti Ibérica (la posterior Saetabi Augustanorum o Saetabis romana, hoy en día Xàtiva) y Dianium (Dénia).

Cueva dels Frares, Énova

Parte 5

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Una vez llegamos a las carriladas, seguimos la senda que nos lleva a un nuevo ascenso hasta llegar a la Cova dels Frares. Se trata de una húmeda cueva escondida en la montaña y que va acompañada de múltiples historias de cómo fue encontrada.

Puede visitarse en cualquier momento sin ninguna restricción, y el acceso a ella no entraña riesgo alguno, salvo que se recomienda enormemente llevar linterna para entrar en ella, calzado adecuado -ya que puede haber alguna zona mojada- y, sobre todo, no molestar a los murciélagos, especie protegida y en peligro de extinción que necesita del máximo respeto en la visita, y que suelen habitar en su interior.

La Cova dels Frares se encuentra entre las carriladas íbero-romanas y la cantera romana, en concreto en las coordenadas sexagesimales 39°01’46.3″N 0°27’21.0″W y decimales 39.029539, -0.455838.

Parte 6

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Cantera Quatre Camins, Énova

De la Cova dels Frares, comenzamos el descenso hasta llegar a Casa Andreu tras atravesar una pista de cemento. En Casa Andreu nos dirigimos hacia el N, bajando hasta llegar a un cruce de cuatro caminos, "Els Quatre Camins" que dan nombre a la Cantera. Cogemos el primer camino a la izquierda. Unos pocos metros más y volvemos a girar a la izquierda ascendiendo un poco, en dirección S. Una vez atravesados los campos de naranjas, nos toparemos con la Cantera de Quatre Camins.

Puede visitarse en cualquier momento ya que se encuentra al aire libre, es también conocida como Llosar dels Francs por está situada junto a una carretera en la Partida dels Francs, es un lugar situado en las coordenadas 39°02’04.9″N 0°27’36.1″W (39.034700, -0.460023).

Puede apreciarse cómo se extraía el mármol en forma de bloques rectangulares que, después, eran transportados sobre carros con bueyes. Estas piedras, ya en los talleres, eran cortadas por los canteros dándoles una forma predeterminada para, finalmente, ser enviadas a las diferentes ciudades del Imperio Romano.

El mármol extraído en este lugar adquirió gran importancia y se utilizó tanto para finalidades constructivas como ornamentales. De hecho, de la cantera romana de L´Énova existen piezas de mármol repartidas por el mundo, como por ejemplo en Roma, en la Villa dei Quintili, la más importante del Imperio. También existen piezas de mármol cortadas de L´Énova en Valencia capital, en concreto en la portada románica de la Catedral de Valencia, donde el zócalo, la parte inferior, es de mármol extraído de esta cantera -mármol rosa y amarillo buixcarró- característico con tonalidades rosáceas y amarillentas.

Está considerada como una de las canteras romanas mejor conservadas de Europa, según el arqueólogo Miquel Martí, llegando a tener relevancia internacional.

Base de la noria de les Paretetes, Énova

Parte 7

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De La Cantera de Quatre Camins nos dirigimos ahora a la Noria de les Paretetes, para llegar hasta este punto hemos de continuar la senda hacia el conocido Corral de Nelo, estamos yendo hacia la nueva cantera que se explotó durante los trabajos de la construcción de la nueva vía para el AVE Madrid-Valencia a su paso por Énova. Seguimos por el lateral de esta cantera, bajando hasta llegar a la carretera que bordearemos hasta llegar a la Noria.

La Noria de les Paretetes está localizada en el sector suroriental del término de L'Ènova, en la partida de las Paretetes. La noria explotaba un pozo que daba acceso al nivel freático, a unos escasos metros. Sobre predas interiores fueron reforzadas con sillería en seco. En una actuación posterior, se recubrieron cono mortero de hormigón. Sobre el pozo se colocaba un artilugio metálico de tracción animal, encargado de la elevación del agua para el riego de unas huertas. Consistía en dos ruedas: la horizontal, que era accionada mediante el uso de una caballería y que engranaba en la vertical. De ésta pendía una maroma en la que se disponían los cangilones en los cuales se acumulaba el caudal extraído. Del antiguo mecanismo se conservan los anclajes utilizados para afianzarlo al pozo. La caballería utilizada para accionar el artefacto giraba alrededor de un rodal de 9,30 metros de diámetro por 2,90 metros de altura, facturado con sillería. A pesar de su desuso, no presenta signos de degradación, por lo que su estado de conservación es adecuado.

Partes integrantes 1) Rampa de acceso del animal de tiro. 2) Plataforma rotatoria elevada. 3) Pozo con restos metálicos de la vieja noria.

Parte 8

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En la Noria nos encontramos muy cerca de la Villa romana de Énova, Villa Cornelius, nuestro nuevo objetivo. Volvemos a la carretera por la que llegamos a la noria y seguimos caminando en la misma dirección que antes hasta llegar a un cruce donde un cartel nos indica hacia dónde están los restos arqueológicos que buscamos. En este tramo andaremos por debajo de las carreteras de acceso a Énova y en paralelo a las vías del tren de alta velocidad. Cuando encontremos un solar vallado con grandes carteles, hoy desgastados por el sol y poco indicativos de nada, estaremos ante Villa Cornelius.

Cruz de término de Énova

Villa Cornelius es una magnífica finca rústica romana descubierta fortuitamente en 2003 en l'Ènova durante las obras del trazado del AVE Madrid-Valencia. Tras el hallazgo se realizó una excavación arqueológica de urgencia, en 2004, dirigida por los arqueólogos Rosa Albiach, Elisa García-Prósper y Aquilino Gallego.

La Villa Romana de Énova se conoce el nombre de su antiguo propietario, Publio Cornelio Iuniani, un noble patricio de Saetabis (Xátiva), motivo por el cual la conocemos como Villa Cornelius. Se cree que la actividad principal de la villa era el procesamiento del lino. La villa contaba con una gran residencia de planta itálica (pars urbana), instalaciones para el procesado del lino, estancias de almacenaje y tareas agropecuarias (pars frumentaria) y dependecias para los esclavos y libertos (pars rustica). El resto de la propiedad, ager, contaba con un área boscosa donde el señor y sus invitados podían cazar ciervos, corzos o jabalíes.

Entre los principales vestigios de esta villa romana se encuentran las balsas para el trabajo del lino y el esparto, un templo de culto doméstico dedicado a Hércules o los pavimentos de mármol de Buixcarró.

Parte 9

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La Villa está totalmente vallada y el trazado del solar se extiende por debajo de la línea del AVE. Pasaremos por debajo de este trazado férreo, siguiendo la valla del yacimiento arqueológico, para continuar a través de un camino sin asfaltar, y entre naranjos, hasta llegar al inicio del núcleo de la población, punto que reconoceremos por la presencia de la Cruz de Término.

La Cruz de Término de la Énova, es una cruz de término que data del siglo XIX, a diferencia de otras que tienen su origen en el siglo XV, cuando ciudades y villas valencianas decoraron las entradas o salidas de los pueblos a los caminos principales con peirones o cruces de término monumentales.

Se piensa que el origen de la cruz de término de Énova está en la iniciativa de algún párroco del siglo XIX. No se puede asegurar ya que no existe documentación sobre el encargo. Lo que sí se puede afirmar es que la cruz de piedra fue repuesta por una de hierro después de la guerra civil del 36.

La cruz presenta una plataforma circular escalonada, que tiene dos escalones de sillares de piedra caliza. La cruz se ancla a un pilar rectangular, también con plataforma y rematado con cornisa clásica, que se corona con una bola que simboliza el orbe que está coronado a su tiempo por la cruz de estilo neorrenacentista.

Presenta en tres lados decoración que consiste en bajos relieves que representan, respectivamente: el anagrama coronado del Mater Amatissima (la Virgen María, reina de los Cielos), el Chiprer (sicut Cypres in Sion) y la Palmera (sicut Palma in Gadi). El ciprés y la palmera se utilizan como alegorías marianas (símbolo del triunfo, la victoria y la castidad de María Santísima), que están inspiradas en las letanías lauretanas. Así, esta iconografía concuerda, con la advocación de la parroquia de la Énova a la Virgen de Gracia.

Una vez llegado a este punto, sólo nos queda volver al final de la calle San Antonio para completar el recorrido.

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