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Turistas en Salar de Uyuni, Bolivia, a 3663 metros de altura.

El mal de altura, mal de montaña o soroche' (en los Andes) es una reacción a la menor cantidad de oxígeno disponible en altitudes elevadas (debido a la menor presión del aire). El cuerpo responde de varias formas a esto: algunas consideradas como normales, otras como malestares a tratar. Los malestares pueden llegar a convertirse en un peligro grave para la salud y pueden provocar la muerte si se ignoran o no se tratan.

El mal de altura es muy peligroso por cuatro razones: puede aparecer repentinamente y progresar rápidamente; puede ser fatal; los pacientes a menudo están a cierta distancia de la asistencia médica y es difícil evacuarlos rápidamente; y, en muchos casos, los pacientes dependen de su estado de salud porque hacen mucha actividad física en entornos peligrosos.

El mal de altura es un gran peligro para el montañismo a gran altitud (por encima de 4000 o 5000 m), un peligro moderado para los deportes de montaña (como esquiar entre los 3000 y 4000 m), y un peligro moderado cuando se llega a una ciudad de altitud alrededor de 3000 m, como Lhasa (Tíbet), Cusco (Perú) y La Paz (Bolivia).

Para altitudes moderadas (como 3500 m), la solución principal es aclimatarse durante un día o dos a una altitud más baja (cerca de 2500 m) y tomárselo con calma durante los primeros días, en lugar ir inmediatamente a esquiar o hacer senderismo.

La acetazolamida (ACZ) es el fármaco más utilizado para la prevención y es particularmente útil para volar a una ciudad a gran altitud. Para altitudes mayores es necesario mucho más cuidado, preparación y ascenso gradual, y se dispone de tratamientos potentes. Particularmente peligrosas son las montañas altas y fáciles, en particular el Kilimanjaro (5895 m) y el Aconcagua (6961 m), donde es fácil llegar peligrosamente alto rápidamente. La aclimatación requiere tiempo y las prisas provocan el mal de altura.

Existen otros riesgos en la altitud que se tratan en otros artículos. Una es que puede hacer mucho frío; ver Climas fríos. Otra es que puede haber peligro de sol fuerte porque hay menos atmósfera arriba para protegerte; ver Quemaduras y protección solar. Finalmente, el terreno puede presentar peligros como avalanchas o simplemente caer de una montaña; ver Montañismo.

Un problema, especialmente para las personas sin experiencia, son los operadores turísticos ignorantes o malintencionados que ofrecen caminatas a grandes alturas. Si uno no es un montañero experimentado, no reserve tours con operadores que no estén informados y no sean francos sobre los riesgos involucrados, independientemente de si son personas bien intencionadas pero ignorantes que solo intentan ganarse la vida o personas sin escrúpulos que se encuentran buscando solamente el lucro. Reserve únicamente con operadores turísticos que tengan un plan detallado sobre cómo tratar a las personas que padecen el mal agudo de montaña (MAM).

Comprender[editar]

Cuanto uno más asciende desde el nivel del mar hacia altitudes más altas, menor será la presión del aire. El cuerpo tiene dos problemas principales con la gran altitud y la correspondiente más baja presión atmosférica:

  • A menor presión de aire, menor cantidad de oxígeno por volumen. El cuerpo se adapta a esta situación produciendo más glóbulos rojos para transportar el oxígeno inhalado a través de la respiración pulmonar de manera más eficiente al resto del cuerpo. Sin embargo, este proceso de aumento de los glóbulos rojos lleva varios días, a veces más de una semana, y mientras tanto uno sentir el efecto del mal de altura.
  • A menor presión de aire, el agua se evapora más rápido. Esto puede provocar deshidratación.

Los cambios en el cuerpo en la altitud son complejos y pueden ser bastante dramáticos. La dificultad que tiene el cuerpo humano para mantener un buen suministro de oxígeno y mantener bajo control los problemas relacionados está directamente relacionada con la altura a la que uno se encuentra, y también con los cambios recientes de altitud. Estos son los dos factores principales que causan el mal de altura. La altitud en donde uno duerme también es importante porque la mayoría de los glóbulos rojos adicionales necesarios para mejorar la gestión del oxígeno se fabrican mientras se duerme.

De ahí que este artículo hable mucho sobre ascenso y descenso. Ascender más arriba que el nivel del mar es una actividad arriesgada y el momento en el que debes estar alerta. Por el contrario, descender hacia el nivel del mar es el factor más importante para reducir o eliminar todas las formas del mal de altura.

Este artículo también habla mucho sobre la aclimatización, lo que le da a su cuerpo el tiempo suficiente para adaptarse a una mayor altitud. Esto es de vital importancia para evitar este tipo de problema de salud.

¿Qué tan alto es alto?[editar]

Una gran altitud es definida formalmente por la Sociedad Internacional de Medicina de Montaña de la siguiente manera:

  • Gran altitud: 1500 a 3500 m
  • Altitud muy elevada: 3500 a5500 m
  • Altitud extrema: por encima de 5500 m

El mal de altura rara vez ocurre por debajo de los 2500 m (8000 pies).

Una minoría de personas, alrededor del 20%, tiene algunos síntomas del mal de altura si ascienden a unos 2500 m sobre el nivel del mar y duermen allí. (Este es el nivel de presurización de la cabina de la mayoría de los aviones comerciales, aparte del Airbus A380 y el Boeing 787). Sin embargo, la mayoría de las personas se aclimatará a 3000 m con relativa facilidad, quizás teniendo síntomas después de la primera noche.

Aclimatarse a alturas por encima de 3000 hasta los 5000 m es mucho más difícil, y es aquí donde es absolutamente necesario ascender lentamente y regresar a una altitud más baja para dormir si ha estado viajando a mayor altitud durante el dia. Más del 50% de las personas se enfermarán si ascienden rápidamente desde el nivel del mar hasta los 3500 m sin aclimatación, y todos lo harán si ascienden rápidamente a 5000 m.

Se cree que es imposible aclimatarse permanentemente a alturas superiores a los 5500 m. Una vez aclimatado, es posible pasar durmiendo varias semanas en alturas hasta 6000 m, pero aún así se producirá un deterioro gradual del bienestar físico.

Las regiones por encima de los 8000 m se conocen como la zona de la muerte: el cuerpo se deteriorará significativamente mientras se permanece en esas altitudes tan altas. Algunos de los sistemas principales del cuerpo dejarán de funcionar y los escaladores solo pueden permanecer allí durante dos o tres días. Las tasas de mortalidad por mal de altura por encima de los 7000 m se estiman en 4 % del total de personas que se aventuran a esas alturas.

Si la casa de uno está significativamente por encima del nivel del mar, se gana una ventaja definitiva al ascender a elevaciones más altas, pero eso no lo hace inmune a uno a los problemas de altitud; simplemente el umbral para su aparición se eleva. La mayoría de las personas sanas que viven en elevaciones de 1500 m a 2500 m —un rango de elevación en donde se ubican bastantes ciudades importantes— experimentan pocos problemas para ir a 3000 m o un poco más alto, pero incluso ellos estarán en riesgo de problemas de altitud a 5000 m.

Factores de riesgo[editar]

El rendimiento pasado que uno ha mostrado en altitud es el principal predictor del rendimiento futuro, más es solo un referente, no una garantía. Es importante tener en cuenta que incluso si no se ha sufrido el mal agudo de montaña (MAM) en el pasado en la altura, aún puede sufrirlo en el futuro, incluso en altitudes más bajas.

El mal de altura tiende a afectar más a los hombres que a las mujeres, especialmente a los hombres entre las edades de 16 y 25. No está claro si existe alguna razón biológica desconocida para esto, o si es tan solo que es el grupo demográfico con más probabilidades de intentar demasiado, demasiado pronto. Es importante recordar que el hecho de que uno sea joven y esté sano, y no haya experimentado el mal de altura en el pasado no significa que sea inmune a él en futuras escaladas. La aptitud física no es necesariamente un buen indicador, ni tampoco la fuerza ni la buena salud. Se puede reaccionar mal a la altitud a pesar de estar en forma, joven y saludable. De hecho, los que están en forma, jóvenes y sanos tienen un riesgo oculto: su capacidad física general les lleva a creer que deben manejar bien la altitud, lo que no siempre es cierto.

La mala salud, por otro lado, es un factor de riesgo: particularmente los problemas cardíacos o respiratorios. Los corazones y los pulmones sanos tienen bastante dificultad para llevar oxígeno a los tejidos del cuerpo a gran altura. Naturalmente, si ya se tienen problemas físicos que dificultan el ejercicio físico a alturas bajas, existen motivos para pensar detenidamente si uno debería hacer esfuerzos a gran altura, ¡donde es mucho más difícil!

El buceo aumenta el riesgo de enfermedad por descompresión. Si ha estado buceando recientemente y no se ha eliminado por completo el nitrógeno en su sangre, no debe ascender a grandes altitudes (o viajar en un avión). Consulte buceo para obtener recomendaciones sobre cuánto tiempo esperar.

La genética juega un papel: los grupos étnicos nativos de las elevaciones más altas, en particular los sherpas y los tibetanos, tienen adaptaciones genéticas significativas a la altitud, y se han identificado al menos ocho polimorfismos genéticos que contribuyen a la variación individual: MAM es un trastorno poligenético mediado por el medio ambiente. Sin embargo, para la mayoría de las personas no existe ningún examen, genético o de otro tipo, disponible para evaluar el riesgo de mal de altura. Por tanto, en su reemplazo se utiliza la historia previa.

Destinos[editar]

La Paz, la ciudad capital a mayor altura en el mundo.

Los principales destinos de viaje en altitudes elevadas son Bolivia, Perú y la meseta tibetana (Qinghai y Tíbet en China), y en todos existen importantes destinos alrededor o encimas de los 3500 m (altitud muy alta), lo suficientemente alta como para representar un riesgo significativo de mal de altura. Por el contrario, otros destinos montañosos como Mongolia, Nepal, Suiza (en su mayoría por debajo de 2000 m) e incluso Bután (alrededor de 2500 m), se encuentran en su mayoría asentados a menor altitud, especialmente en valles, y presentan un riesgo leve de mal de altura.

Si uno vuela a Perú para caminar el Camino Inca, Cusco (3400 m) se ubica ya a bastante altura (con 50% de riesgo de MAM). Si uno inmediatamente luego de llegar empieza el Camino Inca, esto se vuelve peligroso, y ocasionalmente resulta en la muerte. Más seguro es salir de Cusco y aclimatarse por una noche o dos en el Valle Sagrado, antes de regresar a Cusco y de allí empezar el Camino Inca. Sin embargo, Machu Picchu (2400 m) no es muy alto.

Si uno vuela a La Paz, Bolivia, aclimatarse en la parte baja del sur de la ciudad (como Calacoto u Obrajes) por algunas noches.

En términos de grandes ciudades, hay menos de una docena de grandes ciudades (de por lo menos 100 000 habitantes) por encima de los 3000 m, de las cuales las más significativas son La Paz (Bolivia, 3650 m), Lhasa (China, 3650 m) y Cusco (Perú, 3400 m). Los países con muchas ciudades importantes por encima de los 2000 m son Bolivia, Perú, China (meseta tibetana), Ecuador, Colombia y México, mientras que Eritrea, Etiopía, Guatemala y Yemen tienen entre 1 y 3 ciudades principales (capital o segunda ciudad) entre los 2000 a 3000 m, y Afganistán e India tienen algunas ciudades a altitudes a gran altitud.

Efectos de la altitud[editar]

La altitud tiene algunos efectos fisiológicos en todas las personas que se encuentran en altitudes elevadas. Estos efectos no son en sí mismos síntomas de enfermedad, aunque son evidencias del aumento de la dificultad que tiene el cuerpo en la altura. La aclimatación normal consiste en:

  • Disminución de la saturación de oxígeno en sangre (hipoxemia), que luego aumenta con el tiempo
  • Aumento de la frecuencia cardíaca
  • Mayor ventilación
  • Aumento de la micción
  • Dificultad para respirar durante el esfuerzo
  • Patrón de respiración modificado por la noche
  • Despertar frecuentemente por la noche

Por lo tanto, es importante beber agua para manejar el aumento de la micción y evitar cualquier cosa que disminuya la respiración. En particular, el alcohol deshidrata y disminuye la respiración (es un depresor), por lo que debe evitarse o consumirse con moderación. Si no orina más de lo habitual, está deshidratado o no se está aclimatando bien: intente beber más. La respiración nocturna inusual puede asustar y molestar a los compañeros (como roncar), pero es normal.

Mayor ventilación[editar]

Naturalmente, respirará más rápido a mayores altitudes para compensar la menor presión de aire y cantidad de oxígeno. Es posible que no lo note: ocurre un efecto similar durante los viajes en avión. Esto se denomina "respuesta ventilatoria a la hipoxia" (HVR, siglás en inglés); con frecuencia se le denomina erróneamente "hiperventilación".

Diuresis de altitud[editar]

El aumento de la producción de orina es una respuesta a la hipoxia: el aumento de la respiración reduce el CO2 en la sangre, lo que resulta en una mayor producción de bicarbonato, lo que aumenta la micción para compensar el alza en la alcalinidad de los fluidos corporales. Esta labor mayor del sistema renal le hará orinar mucho en la altura. Si no está orinando mucho más de lo que normalmente lo haría, es posible que esté deshidratado o no se esté aclimatando.

Respiración periódica de alta altitud[editar]

Debido a la alteración de los niveles de oxígeno y dióxido de carbono en la sangre debido a los cambios en la química corporal y a la hiperventilación que se produce en la altitud, las señales químicas de "cuándo respirar" del cuerpo se confunden. Mientras uno está despierto se recordará cómo respirar, pero cuando uno está dormido es común que se interrumpan la respiración: aguantando la respiración hasta quince segundos para luego respirar muy rápido cuando se inicia a respirar otra vez.

Esto puede ser muy alarmante cuando se despierta dándose cuenta que no se respiraba o le faltaba el aliento; o cuando uno nota que alguien más ha dejado de respirar. Pero es una respuesta normal a la altitud y le ocurre a casi todo el mundo. La aclimatación solo la mejora un poco.

Enfermedades en altura[editar]

Además de los efectos fisiológicos menos peligrosos, la altitud nos hace ser más susceptibles a enfermedades reales, varias de ellas muy peligrosas. Si bien no se pueden evitar todos los efectos de la altitud, deben tomarse medidas sensatas para evitar una enfermedad real y tomarla muy en serio si ocurre.

El dolor de cabeza por altura es el síntoma más común y la primera señal de advertencia, y afecta aproximadamente al 80% de las personas que ascienden. En sí mismo, este dolor de cabeza no es peligroso, pero se deben controlar otros síntomas. Si surgen otros síntomas, o el dolor de cabeza no se resuelve con un litro de líquidos, analgésicos suaves y uno o dos días de aclimatación, es probable que esté sufriendo un MAM leve y tenga un mayor riesgo de padecer una enfermedad más grave.

Deshidratación[editar]

Es necesario aumentar la ingesta de líquidos a grandes altitudes. La pérdida de apetito, un precursor de las náuseas, puede provocar dolor de cabeza por deshidratación. Desafortunadamente, es fácil confundir los dolores de cabeza por deshidratación con los dolores de cabeza por mal agudo de montaña (MAM) y viceversa. Si un dolor de cabeza no mejora después de beber un litro de líquido, debe considerarse como un efecto del MAM.

El dolor de cabeza por deshidratación también se puede reconocer comparando la frecuencia del pulso: si la frecuencia del pulso aumenta más del 20% cuando se está de pie después de estar acostado durante cinco minutos, necesita más líquidos.

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