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Vega de San Mateo es un pueblo de Gran Canaria, España.

Durante los últimos episodios eruptivos que dieron origen a la isla de Gran Canaria, la dinámica torrencial modeló el complejo sistema de barrancos e interfluvios que constituye la cabecera del gran barranco del Guiniguada, una de las más importantes redes hidrográficas de la isla. Aquí ocupando el tramo medio-superior de esta cuenca, se halla el término municipal de la Vega de San Mateo y en la (rama de territorio que abarca la zona superior, se hallan Las Cumbres cuyo punto más alto se encuentra en el Pico de las Nieves a 1950 m. sobre el nivel del mar.

La climatología del municipio está determinada por su altitud y situación en plena vertiente nororiental de la isla, la Alisiocanaria, que está bendecida por la humedad y frescor de los vientos alisios del NE y por un peculiar fenómeno meteorológico, la inversión térmica. Esta da lugar a extensas capas de nubes estratiformes o mar de nubes, conocido en la zona como "barra" o "barrón'~ que contribuyen a suavizar los marcados contrastes térmicos estacionales. La alta humedad relativa y las precipitaciones que llegan a alcanzar los casi 1000 mm.

En la zona cumbrera y los 600 mm. en la zona baja del municipio, constituyen otros de los factores que justifican su riqueza en agua y la fertilidad de sus tierras.

Ya desde el primer poblamiento de la isla, los bosques y pastizales que caracterizaban la comarca, favorecieron el asentamiento de comunidades aborígenes que bautizaron la zona con el nombre de Tinamar. La explotación intensiva de sus recursos forestales y agros ganaderos tendría lugar a partir del siglo XV -tras la Conquista castellana, pasando a ser una de las más feraces vegas agrícolas de la isla y base de una floreciente población.

En la zona cumbrera tendría lugar la primera gran obra de ingeniería hidráulica en Gran Canaria, la excavación del túnel de la Mina por el que se traían las aguas de la cuenca de Tejeda hacia la del Guiniguada.

De 1736 datan las primeras referencias de una ermita bajo la advocación de San Mateo, el apóstol protector de sequías y plagas de langosta, en la Vega de Arriba, así diferenciada de la Vega de Enmedio (El Madroñal) y de Abajo (Santa Brígida).

Estas Vegas formaron parte de las medianías, término por el que se conoce en la isla la franja de territorio entre la cumbre y la costa, dedicada a la explotación agrícola en régimen de medianería, por el que propietario y medianero comparten cargas y beneficios por igual.

Las diferencias seculares por los repartos de aguas, que dieron lugar a varios alzamientos y motines, propiciaron la municipalización de la Vega de San Mateo el 16 de diciembre de 1801.


El término municipal ocupa el territorio que va desde la cima de la isla a 1950 m. de altitud donde linda con los municipios de Tejeda y San Bartolomé. Hasta las laderas orientales de la Cumbre a 700 m., lindando con Valleseco, Teror, Santa Brígida y Valsequillo. Su extensión total es de 37,39 kilómetros cuadrados en los que residen sus casi 7000 vecinos. La capital administrativa, San Mateo, se halla a 850 m. de altitud y a 22 km. de la Ciudad de Las Palmas de Gran Canaria.

El sector primario de la agricultura y la ganadería continúa siendo base de una floreciente economía municipal. Experimentando a sí mismo, en las últimas décadas, un creciente desarrollo del sector secundario con importantes industrias de productos alimentarios. No obstante el sector terciario es el que más ocupación proporciona a los vecinos del municipio. Sus tradicionales ferias de ganado y su mercado de productos de la tierra y artesanales atraen a gran número de visitantes, al igual que la celebración de festividades de acentuado carácter rural en honor a San Mateo, Ntra. Señora de Fátima o del Agricultor, sin olvidar la fiesta de los Indianos en recuerdo de la emigración a Cuba.

El interés que despiertan los notables valores de su patrimonio natural y cultural, comienzan a traducir se en un notable desarrollo de una oferta de ocio en forma de infraestructuras de alojamiento y actividades complementarias de turismo rural de calidad.

Llegar[editar]

Desplazarse[editar]

Ver[editar]

La Lechuza[editar]

En plena cabecera del Guiniguada se alza una alineación de cráteres holocénicos surgidos en las últimas fases de la formación de la isla. Entre ellos destaca la montaña de Troya, cuya aparición hace pocas decenas de miles de años, cortó el cauce de los barrancos de Mireles y de la Higuera generando un embalse natural de las aguas. Tras su reencauzamiento quedó una suave planicie sedimentaria, extraordinariamente fértil, que fue colonizada por la vegetación característica de las medianías isleñas, los bosques de laurisilva y el monteverde.

Así fue conocida por los primeros pobladores de la isla, que en su espesura encontraron refugio y abundantes recursos silvopastoriles. Es a partir del siglo XV y ultimada la Conquista castellana cuando se inicia la intensiva explotación maderera, dedicándose las tierras deforestadas para uso agrícola y ganadero. Y también como solar del creciente poblamiento que dio lugar a numerosos caseríos y pagos como los de la Lechuza y Lechucilla, topónimos de clara referencia a, por entonces, abundantes rapaces nocturnas.

El origen y devenir histórico de estos pagos participa de los rasgos generales del municipio, cuyos habitantes no fueron ajenos a los pleitos generados en las centurias que siguieron debidos al expolio de sus recursos hídricos en beneficio de los cultivos azucareros de las zonas bajas, los famosos motines de aguas.

A partir del siglo XVIII la explotación agrícola se centra en el millo, papas y hortalizas que ocupan zonas aterrazadas en las vertientes de umbría y laderas, donde se introducen especies arbóreas foráneas como castañeros, nogales, robles y todo tipo de frutales. En sus pastizales, majadas y ejidos prosperó la ganadería de ganado vacuno, caprino y ovino que aún hoy conserva su importancia ganadera.

En la actualidad estos caseríos, que todavía conservan su carácter agrícola y ganadero, han visto acrecentado su valor residencial por las especiales condiciones climáticas y paisajísticas dando como resultado la recuperación de numerosas casonas de labor con notable valor arquitectónico, de antiguos caminos de herradura y de elementos de gran interés etnográfico.

La zona de la Lechuza se halla entre los espacios naturales protegit1os de las Cumbres y Pino Santo, donde se conservan valiosas muestras del patrimonio natural y cultural de Gran Canaria. Sobre el terreno volcánico de sus alrededores proliferan las especies de la flora endémica como cañahojas, cruzadillas o pasteles de risco. Además de los castañares, frutales, viñas y otros cultivos que atraen a una varida representación de la avifauna propia de los ecosistemas de medianías entre los que destacan canarios, capirotes, mirlos y herrerillos.

LECHUZA. (Tito alba Ssp, alba) Rapaz nocturna de tamaño medio de patas y et1os plumat1os, de grant1es ojossituat10s frontalmente y cabeza robusta que gira hasta 180 0. De alas ret1ont1eat1as y vuelo lento y silencioso, se alimentan de pequeños roet1ores, aves e insectos.

En Gran Canaria se aplica el término masculino "lechuzo» a las 10 especies de rapaces nocturnas presentes en la isla: la Lechuza y el Búho chico (Asto otus canariensis).


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Comer[editar]

Beber y salir[editar]

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